“El gobierno va a elegir la música que podés escuchar” repetía, constantemente, radio Mitre; mientras se debatía una ley de medios que, en ningún lugar, proponía algo así. ¿Por qué semejante tergiversación de esta radio que es parte del Grupo Clarín, junto a TN, Canal 13, y por supuesto el diario? ¿Por qué este burdo engaño, esta estafa a la confianza de quienes los escuchan?
“Cristina quiere intervenir papel prensa; otro ejemplo de autoritarismo; busca enfrentarse a la libre expresión” escupen furiosos titulares de La Nación y Clarín. ¿Qué es exactamente lo que Cristina propone, se preguntaron? ¿Qué denuncia, que con tanto bullicio estos “objetivos” periodistas olvidan decir?
Les cuento. Un objetivo de la dictadura fue mantener “ordenado” al país. Que a nadie se le ocurriera decir que había pobres, ni tener el pelo largo, ni comentar que no se podía hablar mal de los milicos. ¿Cómo se les ocurre que lograron callar todas las quejas de un país tan grandote como el nuestro? Si usted no quisiera que un país entero se de cuenta de que se torturaba, de que se vendía todo lo nacional a extranjeros, ¿qué haría?
¿Cómo se enteran las personas de lo que está pasando? Leen el diario, miran el noticiero. O sea que quien controla los medios también puede, digamos, inventar lo que está pasando. O al menos, ocultar algunas cosas.
Entonces la dictadura (y Perón también, en otro momento y con otras intenciones, señala Lanata) prohibió todo medio que dijera lo que no quería que se diga. Y pactó con pocas empresas que a vos te dicen que te informan, cuando lo único que les importa es llenarse de guita y si para eso tienen que mentirte asquerosamente, lo hacen. Entre ellas, Clarín y La Nación.
La forma, que aún persiste, es la siguiente: papel prensa les vende a ellos papel barato, y a todos los demás mucho más caro, si es que les vende.
Y esto denuncia Cristina. Que, por su parte, tampoco tiene problema en echar de Radio Nacional a quien disienta con ella, o a usar igual metodología de evasión y tergiversación en 678.
¿Saben lo que me resulta particularmente molesto? Que detrás de tanta hipocresía, el razonamiento es: los argentinos son inocentes, ingenuos, idiotas; basta decirles cualquier cosa que lo van a creer, sin dudar.
Y lo que me molesta es que parecen tener razón. Porque, en el fondo, si en vez de enojarnos o apoyar a cualquiera que dice cualquier cosa, nos detuviéramos a pensar y nos preguntáramos quién dice esto, y por qué, y qué no están diciendo; ese supuesto de que pueden mentirnos porque no dudamos ni pensamos no podría existir.
Pero, ya ven, existe.
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