-Si puedo volar-dijo, y se tiró al vacío.
Abrió de a poco los ojos y sonrió: había tenido razón. Ahora veía todo desde allí arriba, no sentía nada más que el viento, flotaba en la nada.
Un montón de personas se amontonaban alrededor de un cuerpo. No entendieron que sí se podía volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario