con Albana...
Fogón 2007 son palabras que tal vez no vuelvas a repetir. El fogón puede parecerles uno más, pero no por eso es menos. Desde que entramos a la escuela que nos enseño una forma de vida vimos al fogón como algo grande; gigante; el símbolo de una escuela, una meta a llegar... pero una meta inalcanzable, imposible... al menos lejana.
Cuándo fue que crecimos no lo sé, cuándo dejamos de ver el fogón como un imposible para ser ahora sus organizadores; ansiosos, nerviosos, orgullosos, alegres, sobre todo alegres, organizadores; tampoco es un momento que recuerde. cuánto hemos crecido sin siquiera notarlo, que ahora lo que hasta ayer era lejano, hoy es nuestro presente... y ya mañana será un recuerdo.
El fogón siempre fue más que una fiesta folklórica, es más que el reencuentro de amigos y de nuestra tradición, incluso más que el sueño de un último recuerdo con tus compañeros. La llama del fogón representa todos nuestros anhelos, nuestras esperanzas. La llama del fogón es la ilusión de los cientos de jóvenes que soñaron y aún sueñan, es la verdad de un grupo de amigos que compartieron todo durante tanto tiempo, será el recuerdo de toda nuestra juventud.
Y las cenizas quizá el destino, cuando el viento las lleve a todos los rincones del mundo para que todos sepan de la grandeza de esa llama. Como nos sucederá a nosotros, guiados por nuestros sueños mostraremos al mundo todo lo que aprendimos, lo que nos alegramos, lo que sufrimos, lo que vivimos mientras la llama estuvo prendida.
Siempre formamos parte de un pasado que es nuestro presente, aunque esto sea contradictorio, aunque nuestro sentir y ver sean un fogón estamos encendiendo 22 fogones que, junto a todas aquellas piezas, los formaron con magia adolescente, también cría de la alegría y la felicidad, la esperanza y las ganas de querer ser de la agraria, nada más que por un momento, sin intentar arrepentirse, y sin verguenza a que nuestros ojos se llenen de lágrimas.
Por el calor de las llamas, por mirar el pasado sin haberlo conocido, porque sigue siendo parte del presente continuamente...
Y cada vez que las llamas vuelvan a encenderse, estaremos nosotros ahí; nosotros eternamente, brillando con nuestros sueños y nuestra esperanza, junto a todos, junto a la historia de nuestra escuela; junto a nuestra historia.
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